Trump no descarta el uso de Guantánamo, donde fueron retenidos presuntos responsables de los atentados del 11 de septiembre.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó la Ley Laken Riley, que permite la detención de migrantes indocumentados acusados de robos y otros delitos no violentos.
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Se trata de la primera legislación aprobada en su segundo mandato y refuerza su postura de endurecer las políticas migratorias en el país.
La normativa establece la detención y posible deportación de personas que residen en Estados Unidos sin permiso legal y que sean acusadas de robo y crímenes violentos, incluso antes de recibir una condena formal.
Trump firma la Ley Laken Riley
Durante el acto de promulgación de la ley, el mandatario estadounidense destacó el trabajo de varios integrantes de su equipo, especialmente de la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, a quien calificó como una persona dura.
“Tienes un trabajo muy importante por hacer… puede que los engañe su manera de ser, pero no puede soportar lo que está pasando”, le dijo Trump.
El acto contó con la presencia de legisladores y la familia de Laken Riley, una joven que fue asesinada presuntamente por un migrante indocumentado, y cuyo caso inspiró la creación de esta ley.
“Es muy triste que tengamos que hacerlo, pero su nombre vivirá para siempre en las leyes de nuestro país”, declaró el presidente estadounidense al dirigirse a la familia.
La Ley Laken Riley obtuvo apoyo bipartidista en la Cámara de Representantes y el Senado, logrando así su aprobación con amplio respaldo.
EU considera usar Guantánamo para retener migrantes
La base naval de la Bahía de Guantánamo, ubicada en el oriente de Cuba, ha sido un enclave estratégico de Estados Unidos desde 1903, cuando Washington firmó un acuerdo con La Habana tras la Guerra Hispanoamericana.
Ahora, con el endurecimiento de las políticas migratorias del presidente estadounidense Donald Trump, no se ha descartado el uso de este enclave militar para reforzar la “seguridad” del país.
Aunque Cuba ha reclamado la devolución del territorio, Estados Unidos ha mantenido su presencia, bajo el argumento de que el acuerdo original sigue vigente.
Estados Unidos asumió el control de la base en 1903 mediante el Tratado cubano-estadounidense. La base tiene un interés geoestratégico para Estados Unidos bajo la justificación de la búsqueda de los principales líderes y miembros de lo que consideran “organizaciones terroristas”.
Desde 2002, la base se ha convertido en sinónimo de detenciones indefinidas y denuncias de violaciones a los derechos humanos. Fue utilizada por la administración de George W. Bush para retener a presuntos terroristas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.