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Julio César López Patolzin: el militar olvidado de los 43 de Ayotzinapa

Julio César López Patolzin era el responsable de informar a la Sedena de lo que acontecía en la Normal Rural Isidro Burgos.

Julio César López Patolzin fue un soldado infiltrado en la Normal Rural ‘Isidro Burgos’ que mantuvo informada a la Sedena por dos años. Él realizó operaciones de inteligencia para los militares sobre los estudiantes de Ayotzinapa, incluido los preparativos de la marcha del 2 de octubre.

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Sin embargo, en la madrugada del 26 de septiembre de 2014,  formó parte de los 43 normalistas desaparecidos y asesinados en Iguala, Guerrero, por autoridades de distintos niveles y miembros del crimen organizado.

Esta información la dio a conocer Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos humanos. En su informe hecho por la Comisión de la Verdad detalló cómo es que el militar era responsable de informar a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena).

El dato ya era conocido desde agosto por un informe de la comisión. Pero en un video de la misma, se destaca el hecho de que, si bien era miembro del ejército, por qué fue abandonado por las Fuerzas Armadas.

“¿Por qué pasó lo que pasó, Por qué no intervinieron sus supervisores para evitar los hechos, Por qué no lo buscaron como marca su propio protocolo? Nunca realizaron ningún esfuerzo por ponerlo a salvo. Abandonaron a uno de los suyos”, señala el video.

¿Quién era Julio César López Patolzin?

De acuerdo con el informe presentado por la Comisión de la Verdad, Julio César López Patolzin llevaba al menos dos años de infiltrado. La tarea del joven militar era informar lo que sucedía en las asambleas realizadas en la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”.

Ello incluía dar seguimiento a marchas, reuniones, así como cualquier movimiento realizado fuera de la ciudad y en el estado de Guerrero. Lo anterior tenía la finalidad de advertir riesgos a la seguridad nacional, según el documento:

“López Patolzin también tenía como tareas detectar vínculos con integrantes de grupos subversivos, grupos de la delincuencia organizada y “todo movimiento que pusiera en riesgo la seguridad interior y la seguridad nacional”.

Se sabe que López Patolzin estaba dado de alta como soldado de infantería desde el 16 de enero de 2009. Llevaba cinco años con ocho meses dentro del 50 batallón de Infantería de Chilpancingo.

El soldado olvidado de los 43 de Ayotzinapa

Julio César estaba bajo el mando del teniente de infantería, Marcos Macías Barbosa, del 27 Batallón. El 26 de septiembre a las 10 de la noche, López Patolzin hizo su último reporte. Luego de ello, desapareció junto a los otros normalistas de Ayotzinapa.

No obstante, lo anterior sucedió sin que el Protocolo Militar de Desaparecidos se activara, siendo su obligación. Ya que de haberse actuado, se habría protegido la integridad del soldado, y en consecuencia, la de los normalistas.

“El Ejército, agrega el documento, teniendo conocimiento de lo que ocurría, “no realizó ninguna acción de protección a su integridad ni búsqueda de su persona, pese a que era su deber, como lo establece en el Protocolo para Militares Desaparecidos” que obliga a los mandos a implementar medidas contundentes a fin de coadyuvar en la búsqueda, localización y en su caso, rescate del personal militar desaparecido.

Ejército supo en tiempo real ataque a normalistas

Resalta desde el Tercer Informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que los estudiantes estaban siendo vigilados por autoridades militares desde años anteriores.

Incluso la GIEI reveló dos operaciones de inteligencia hechos por dos batallones cuando ocurrió la desaparición de los 43.

Claudia Paz, integrante de los expertos,  informó que estas operaciones fueron ordenadas por la Comandancia de la 35 zona militar dos días antes de la desaparición. Por lo que el Ejército conoció en todo momento la desaparición de los estudiantes.

“Un seguimiento que vamos a llamar histórico, casi contrainsurgente a las actividades de la escuela, un seguimiento a las actividades de los estudiantes. Hay una orden expresa por parte de autoridades militares de dar seguimiento a los movimientos de los estudiantes dos días antes del 26 de septiembre, es decir, que las autoridades en aquel momento contaban con información prácticamente minuto a minuto de lo que está ocurriendo”

Cabe mencionar que tanto el informe de la GIEI como el de la Comisión de la Verdad coinciden en este hecho. Que tanto el Ejército, CISEN y Policía Federal y Estatal tenían información en tiempo real de las actividades de los jóvenes.

Con Información de Sin embargo, El Financiero, Política.

Foto Especial.

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