Aristegui afirmó que Morena tiene el control absoluto del Congreso mexicano con mayorías “cuestionables” y “artificiales”.
La periodista Carmen Aristegui concedió una entrevista a DW donde expresó su preocupación por la reforma judicial en México y las implicaciones que podría tener en el país.
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Aristegui advirtió sobre el impacto negativo de las reformas impulsadas por el gobierno de la Cuarta Transformación, destacando que no se está avanzando hacia un régimen democrático, sino hacia un modelo autoritario con un control casi absoluto del Congreso por parte del partido gobernante, Morena.
“Desmontándose el andamiaje institucional, más el conjunto de reformas y de circunstancias de control concentrado desde el Congreso, la Presidencia y ahora el poder judicial, los órganos autónomos que antes eran un contrapeso al Ejecutivo mexicano también van a desaparecer en los próximos días.”, declaró.
Carmen Aristegui, en contra de la reforma judicial
Aristegui argumentó que, aunque el sistema judicial actual tiene graves deficiencias, las reformas en curso podrían llevarlo a un estado aún peor.
“Lo estamos defendiendo porque puede ponerse peor. […] Sabemos que debe haber una reforma profunda, de raíz, a todo el sistema: jueces, policías, ministerios públicos, peritos, ministros, etc.”, señaló.
Para la periodista, esta situación no puede separarse de otros cambios estructurales, como la militarización de ciertas funciones civiles, la desaparición de órganos autónomos y el cumplimiento de un conjunto de reformas heredadas de la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Estas medidas, afirma, están desmantelando el andamiaje democrático de México.
“México se enfila hacia un régimen autoritario”
La periodista calificó este panorama como “muy preocupante” el panorama ante la reforma judicial y alertó que el país avanza hacia un escenario de autoritarismo y totalitarismo.
“El problema radica en que no estamos enfilando la ruta hacia un régimen democrático, sino hacia un régimen autoritario en el cual ya se tiene el control absoluto del Congreso mexicano, con mayorías absolutamente cuestionables, artificiales”, advirtió.
Ante esta situación, Aristegui señaló que los contrapesos tradicionales han sido neutralizados y que, paradójicamente, el único posible contrapeso al poder centralizado podría provenir de voces disidentes dentro del propio partido gobernante.
“A estas alturas, el único contrapeso son ellos mismos, voces de gente que a lo largo de la vida han batallado por la democracia y que ahora están silenciados”, comentó.
La periodista comparó el contexto mexicano con dinámicas políticas de países que, según ella, México no debería imitar.
“En México estamos viendo cómo hay un comportamiento personal e institucional típico de regímenes de países que no queremos emular”, concluyó.