El presidente AMLO asegura que con su reforma electoral jamás se volverá a vivir un fraude en las elecciones presidenciales de México.
A poco menos de dos años de que termine la administración actual, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó la iniciativa de reforma electoral con la que buscará mejorar la democracia de México.
Tal como lo marca la Constitución Mexicana, en cada sexenio el mandatario en turno debe impulsar una reforma electoral para dan un paso adelante en el sistema político nacional.
No obstante, lo que López Obrador contempla es un cambio sumamente radical que, de aprobarse, la democracia tomaría un rumbo completamente distinto al que se conoce ahora.
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¿En qué consiste la reforma electoral de AMLO?
Lo primero que hay que saber es que López Obrador anhela que se apruebe esta reforma por dos sencillas razones: lograr ahorros nunca antes vistos, abaratando la democracia y evitar los fraudes electorales que, según su visión, él mismo padeció en 2006 y 2012.
Esto se lograría con varias acciones, entre las que se encuentran la reducción del financiamiento público para los partidos políticos, validar la revocación de mandato, contar con distintos tiempos en radio y televisión, así como otras situaciones.
Sobre el financiamiento, López Obrador plantea que los gastos ordinarios provengan de aportaciones que den simpatizantes y militantes, ya que actualmente se destinan 11 mil millones de pesos en esto.
En el caso de la revocación de mandato, esta deberá ser ley. Con ello se pretende que se reduzca el umbral de participación a un 33 por ciento de la población. Esto para que sea válida.
Del mismo modo, se pretende modificar a 30 minutos diarios los tiempos de radio y televisión en tiempos electorales. El 90 por ciento sería para los partidos, es decir, 27 minutos, y diez por ciento para el INE.
¿Qué cambios tendría el INE con la reforma electoral?
Otro gran cambio de López Obrador sería la transformación del INE. Este pasaría a convertirse en el INEC, llamándose Instituto Nacional de Elecciones y Consultas.
Lo anterior no implicaría solo la adición de una letra, sino que sería el único órgano electoral por ley que podría organizar las elecciones a nivel estatal y federal.
Es decir, con esto se le dará absoluta independencia, lo que garantizará los principios rectores de la función electoral de cualquier territorio: nacional, estatal, municipal y de consultas.
Al mismo tiempo, se quiere que los consejeros se reduzcan, pasando de once, como actualmente es, a únicamente siete. Sería así, ya que se considera que los otros cinco, al final de cuentas, sobran en el cargo.
Cambios en tribunales y congresos
Finalmente, el cambio más notorio ocurriría en tribunales y congresos, porque también se analiza reducir el número de las plantillas. Esto permitiría ahorrar tanto en las elecciones como en los grandes sueldos que se dan a los funcionarios involucrados.
Los eliminados serían los 200 diputados federales y 32 senadores que obtienen una curul por la vía prurinominal, lo que obligaría a todos a hacer campaña territorial y conocer verdaderamente a México.
Todo esto modificaría sí o sí el modelo para elegir legisladores, el cual pasaría, según la idea de López Obrador, a ser de la siguiente forma:
- Ya no sería una diputación nacional por cada 252 mil habitantes, sino una por cada 420 mil habitantes.
- Pasaría de una senaduría nacional por cada 984 mil 375 habitantes, a una por cada millón 312 mil 500 habitantes.
- Se establecerían quince diputaciones locales en aquellas entidades cuya población sea menor aun millón de personas y por cada 500 mil habitantes adicionales, se podrá incrementar uno más.
En el tema de los Órganos Públicos Locales (Oples) y Tribunales Electorales, estos desaparecerían, pues, como ya se mencionó, el INEC sería el único encargado de la democracia.
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Portada: El Político
Autor: Irving Sánchez/@irvingsannz
